Extrañando lo simple - Andrea Puelma

18 | 07 | 2020
Extrañando lo simple - Andrea Puelma

Extrañando lo simple…

Estos meses me he puesto a pensar en qué cosas hacía antes y que ahora sería prácticamente de otro mundo. En el caso de la distancia social y las mascarillas, ya las integré de manera inconsciente. ¿Cómo me di cuenta de eso? A través de mis sueños. La primera vez fue hace unos meses que soñé con mis amigas del colegio. Íbamos a un desfile caminando por la calle, pero se nos olvidaban las mascarillas. Y yo andaba estresada por eso, nerviosa de que debíamos volver por ellas. La segunda vez soñé que acompañaba a mi hijo a su primer día de colegio post cuarentena, y que él debía andar con su mascarilla y algunos rituales de limpieza que implementarían en la sala. Salir sin mascarilla. Lo extraño.

En esta época suelo quedarme pegada mirando por la ventana, fantaseando con que este virus muera como los extraterrestres en “El día de la Independencia” (la primera, bien antigua), y esa parte en que todos en el mundo salen a aplaudir a las naves gigantes en llamas. Creo que es primera vez que le deseo la muerte a alguien, o a algo.

Extraño cosas tan básicas, que ahora incluso me chocan al verlas en series o películas. Almorzar en el patio de comida en esas bandejas que más que limpias, parecen transpiradas, con ese paño multiuso un poco gris de tanto limpiar cosas. Ir al cine, y meter la mano media pegoteada a las cabritas compartidas con tu pareja. Ir a comer a un restaurant, y si se me cae una papa frita, recogerla y comerla, porque las papas fritas no se pierden jamás. Ir a vitrinear y tocar las telas de todo lo que te gusta, aunque no lo vayas a comprar, porque algo mágico hay en tocar las prendas. Ir a una librería, con ese olor que te transporta a cualquier lugar por sus historias, ojear portadas y tomar todos los libros que te parezcan interesantes.

En resumen, hacer todo lo que uno quiera sin miedo a tocar, a comer, a estar cerca de alguien. Creo que la frase “volver a lo simple” nunca había hecho tanto sentido como ahora.

Y tú, ¿Con qué fantaseas en este encierro?